martes, 21 de mayo de 2013

Un escudo trecero (I)


Y despues de CASI un año con esto parado volvemos a la carga con algo novedoso... bueno, no, en realidad de novedoso no tiene nada, vamos a hacer un escudo.

...

El del fondo, si tiene alguna queja que coja número.

Bueno al tema.


Documentación minima e imprescindible

Volviendo al s. XIII necesito un escudo discreto (es decir, que me quepa en el maletero, que nos emocionamos y luego...).

Discreto, funcional y apañao, nos decidimos por inspirarnos en los escudos representados en las pinturas del Palau Aguilar y unas medidas (en plano, que luego lo curvamos) de 80 x 60 cm.

Aqui un bonito escudo de Bearn y Montcada

La base


El procedimiento de construcción es bastante estandar. Hay que hacerse con dos planchas de madera (de 5 mm en mi caso) o una sola plancha y cortarla a medida. Luego marcaremos con las mejores herramientas que tengamos a mano la forma del escudo (si, es mucho más facil marcar formas curvas en un plano... ¿curioso verdad?)

 ¡Ah! El uso de las nuevas tecnologías.

Hecho lo cual hay que mojarla como si no hubiera mañana. No darle una agüilla, no enseñarle la manguera o echarle unos cazos de agua por encima... MOJARLA. Y el que no disponga de una bañera para empapar que se agencie una manguera y se arme de paciencia (nota, funciona mejor cuanto mas fino es el chorro, si tiene difusor mejor que mejor)

Agua que no falte (¿veis el dibujillo de la forma del escudo verdad?)

Lamentablemente no está documentada parte del siguiente punto del proceso. Baste decir que como la curvatura es paralela (los lados del escudo lo son entre si), me agencié dos maderas, las puse en el suelo con peso y luego encole (bueno, encolar no, bañe en cola una cara de una plancha) y la uní con la otra. No escatimeis cola, si sobra cola, que sobrará irá saliendo por pura presión, si os quedais cortos el escudo queda hueco y luego es una pequeña dificultad añadida rellenar esos espacios, que dicho sea de paso afectaran a la solidez de nuestro escudo.

Con las planchas encoladas y sobre las maderas para curvar, solo quedaba poner un ligero peso (si no habeis mojado bien la madera aquí salta el mensaje de alerta, suena como CRACK).

 ¿crack?

No olvideis fijar todo lo bien que podias las maderas entre si una vez curvado, y es solo cuestión de tiempo que la madera y la cola blanca forme un todo bastante duro. En este caso, una madera curvada de 1 cm. de grosor que admitámoslo, no es muy espectacular como escudo. A esto hay que darle un poco más de dureza ¿pero como?


¡Forrando!

Primero le cortaremos la forma al escudo, con una de esas hermosas sierras de calar electricas si eres un rico potentado, o a mano, no me seas vago. Luego habra que tener tela, bastante tela, bueno: mucha tela.

Pués si, iros a comprar retales de tela, cuanto más grandes mejor, y si puede ser lo mas baratos posible. Si, se que parece un contrasentido histórico, pero voy a utilizar algodon, de aquel que en el s. XIII era carisimo y raro de ver... pero es que ahora pasa lo mismo con el lino. No, no quiero poner 60 € de tela en un escudo para que sea impecablemente histórico.

Dicho esto, agarramos nuestro escudo de madera desnuda y, de nuevo una vez más, hacemos felices a los accionistas de las empresas de cola blanca del país. Echa la que haga falta, que sobre si es necesario.

Pintoooooooor que pintas igleeeeeeeesiaaaaas...

Y luego, le pones un trozo de tela recortado, que sobre por los cuatro lados. Luego repites el procedimiento lo que veas necesario dejando secar entre capa y capa (en mi caso 7 bonitas capas compuestas de cola y tela al ritmo de 2 capas cada 24h. por aquello de ir sobre seguro)

Queda bonito ¿verdad?

¿Ya lo tienes? ¿Ya le has puesto la tela por encima? Vale, pues ahora hay que darle la vuelta al asunto bien seco. Encolar el interior, cortar un poco aqui y alla para adaptar a la forma curva y pegar por dentro...

Y aquí es donde se me acabó la cola.

 ¡ARRRGGGGHHH!

Si señores, en este punto llevaba gastados dos magnificos kilos de cola blanca y el escudo por terminar, y era domingo. Así que la conclusión queda para una nueva y emocionante entrada. ¡Hasta más ver!






miércoles, 30 de mayo de 2012

Scramsax, sax, saex... segun quien te lo diga: I, la hoja

A quien se lo este preguntando ahora mismo (y a quien no tambien), si esta es la primera entrada del 2012.
Después de todo este tiempo queria colgar al menos un proyecto más o menos decente sin que ello me llevara una cantidad de tiempo desmedida

- Vamos que eres un vago

Y tu un inoportuno

Cortando

Como no dispongo de un hermoso yunque y una forja para usarla en mi piso he tenido que recurrir al viejo metodo de adquirir el material con la forma adecuada.

-¿No te he dicho que eras un vago?

(Te la estas jugando chaval) Con una pletina de hierro de 3mm de grosor marcamos la forma del objeto con rotulador indeleble y con la radial la cortamos dejandolo todo perdido de polvillo metalico.

-¡Que vergüenza!

A continuación usamos dicha radial con el tio que habla en fucsia.

-¿pero qu- * AAAAAAYEEEEEEEEEEEEEEE

Listos, ahora pasamos a la siguiente fase.

"Forjando"

Y lo digo así entre comillas porque lo único que se hace en este caso es darle con el soplete a aquellos antiesteticos angulos rectos y aquellas marcas de radial que convierten nuestro muy antiguo cuchillo en una cosa moderna dificil de mirar.



La intención inicial era simplemente eliminar esto y darle un aire antiguo, pero ademas he conseguido dejarlo hecho un guiñapo picado con tantas marcas de martillo que va a ser imposible eliminarlas sin dejar la cosa del grosor del papel de fumar.



Eso así, aprovechamos para darle un pulidito que destacara todas esas cafradas bellas imperfecciones que le dan personalidad.

Grabando

Como de perdidos la rio, el siguiente paso, ya que hacerle un desbaste para darle una acanaludura era un entelequia, fue decidir grabarle un alfabeto rúnico entero.

El viejo y fiel rotulador indeleble nos echara una mano en este dificil tramite



Y luego, ya que se trata de hierro y está más que normalizado por la acción del soplete, marcamos las runas con un cincel y un bien aplicado golpe de martillo.



Y listos, para la proxima entrada, la empuñadura







...







(¿No es genial que nadie te haga comentarios escribiendo en colores?)

domingo, 28 de agosto de 2011

Electrolisis, limpieza de una pieza metalica

1- Tuneando un transformador de 12v

Lo primero es conseguir un transformador de este voltaje (los de 9v también valen, pero los procesos son más lentos).



Una vez tenemos a nuestra víctima, procedemos a pegarle un corte en la parte del adaptador (dejad cable y sed generosos, es posible que luego haya que recortar más). Separamos el cable en sus dos partes y lo pelamos dejando al descubierto el cobre de su interior.




El polo positivo precisa de cierto cuidado adicional, pués por su naturaleza, pierde material cuando está en uso (en mi caso, un estupendo clavo cortado que me quedaba de hacer remaches fue suficiente). Si no estais seguros de que polo es cual, sumergid ambos en agua salada y darle a la corriente, el que suelte burbujas es el negativo.
2- Preparaciones para limpiar una moneda

Primero necesitamos una moneda sucia (consejo, no pongais moneda de plata porque os la jode entera), en mi caso una moneda noruega vieja con aleación de cobre.

Preparamos un baño en un tarro de cristal con agua saturada en sal (id echando sal hasta que quede poso en el fondo).

Ponemos la moneda en el interior del baño con el polo negativo en contacto y el positivo lo más lejos posible.

3- Primer baño

Al conectar el transformador a la corriente, de la moneda deben salir las burbujas que veiamos salir del polo negativo, entonces sabremos que lo estamos haciendo bien.



Tras unos 20 minutos de la moneda en el agua con la electricidad conectada, la dura capa de pátina ha empezado a ablandarse y el agua a quedar bastante asquerosa (eeecs).



Al rato, podremos comprobar que el flujo de burbujas es menor, ya que la sal del baño ha reaccionado con el oxido que formaba la pátina y cada vez es menos efectivo, así que sacamos la moneda y desechamos el agua.


En este momento ya empieza a verse cierto brillo y la pátina se ha convertido en algo pegajoso y bastante desagradable que mancha los dedos de verde.

4- Segundo baño

Habiendo sacado la capa más resistente, le damos un segundo baño de electrolisis a la moneda renovando el agua con sal.

En este caso, se ha dejado el proceso durante unos 40 minutos aproximadamente con el siguiente resultado: una moneda mucho más limpia pero algo dañada en el punto de contacto del electrodo.



5- Conclusiones

Buen método para limpiar metal, pero que exige cierta atención para evitar dañar la pieza (hacer más baños pero con menor tiempo, cambiando el punto de contacto debería bastar).


BONUS TRACK!: Electrograbado.

Viendo lo que el proceso le ha hecho al clavo que usaba de electrodo, he probado a grabar una pieza de acero inoxidable.




He dibujado en loctite la figura y he conectado la pieza al polo positivo, he puesto la pieza y el polo negativo en el baño salado y lo he dejado obrar su magia. Juzgad vosotros mismos.



lunes, 22 de agosto de 2011

Fundición, capitulo segundo

A esta entrada, la titulo fundición porqué no es más que un paso en la preparación de mi material para fundir metales un poco más serios que el peltre, pero quede claro que podria titularse tranquilamente "Ceramica", "barro" o "piromania". Pero al lio que me enrollo.

1- Disponiendo las piezas

Habiendo dejado secar los crisoles (y una buena cantidad de material adicional, en el que tambien participaron mi mujer y su hermana). Preparo un lecho de leña lo más plano posible en el interior de una barbacoa refractaria (que es lo que tenía a mano).

Es en esta fase que encontramos el primer contratiempo que se puede asociar a este método(la alfareria en general tiene este problema), alguna pieza ha hecho CRACK de manera audible, y podemos comprobar no sin cierto horror que es uno de los crisoles, destinados a soportar altas temperaturas el que ha tenido a bien


Cuando esta todo en su sitio, recubrimos el asunto de carbon de encina para rellenar al máximo los huecos y ponemos algunos troncos a modo de tope para que el "horno" que hemos montado sea estable. Luego procedemos al momento más glorioso de la jornada: FIRE.

Si, de paso aprovecho para estrenar el soplete, y al que me diga que lo más práctico para encender un fuego son las pastillas de barbacoa, le remitiré a la evidencia.

2- Control y paciencia

Esta parte no tiene demasiado que explicar, simplemente hay que ir recolocando carbon y leña para aprovechar al máximo y evitar que pierda fuerza el fuego.

Sin embargo, hay que destacar que es en esta fase donde podeis oir sonoros CRACKS procedentes de piezas que han tenido a bien atrapar burbujas de aire en su interior. Precisamente, la pieza que vemos que ha cedido la primera es uno de los crisoles destinados a aguantar altas temperaturas en el futuro, mi gozo en un pozo.


3- Sacando las piezas

Es una parte más delicada de lo que parece, ya que hay que ir con cuidado de no provocar un cambio repentino de temperatura. Para evitar eso, vamos sacando paulatinamente la brasa y la ceniza de las piezas más exteriores, y luego vamos depositando estas piezas cerca del fuego. Cuando esten suficientemente frias para poder tocarlas con los dedos y no sufrir quemaduras de tercer grado (y la arcilla tarda mucho en enfriar), con unas pinzas y cuidado las retiramos ya.


4- El resultado final

Una vez hemos sacado todo el material del fuego, comprobamos varias cosas:

Primero: Algunas piezas han quedado en parte o totalidad de color negro intenso, sobretodo en el interior de los recipientes que pusimos boca abajo. Esto es debido a que en la parte de cocción más intensa, en dichas zonas habia ausencia de oxigeno y la arcilla no oxidó a su color rojo natural.

Segundo: Algunas piezas han quedado en parte de un color "mierda de oca" como esta tarde hemos venido a denominar. Son piezas cocidas pero no en un punto óptimo, tenderán a ser algo más frágiles que otras, pero utilizables a fin de cuentas.

Tercero: Algunas piezas no se han terminado de cocer, debido a que el calor no ha sido en toda ella el suficiente (ver las piezas al principio, aquella dispuestas contra el ladrillo, no lo hagais...).

Cuarto: Apenas ha habido un par de roturas debido a cocción, y los crisoles han quedado estupendos (al menos sabemos que aguantan 900-1000ºC, lo que es un alivio). Lo bueno es que una de las roturas se puede aprovechar para ver la estructura interna en cuanto a distribución de desgrasante que debe tener un crisol.

Y aquí los crisoles propiamente dichos (podeis apreciar el efecto de cocción reductora, es decir, sin oxigeno, en las partes negras que han quedado).


5- Conclusiones

Mejor hubiera sido tener un buen agujero en la tierra para poder montar una hoguera, ya que el calor se hubiera mantenido mejor, podria ser posible simular esto levantando el nivel y volumen de la hoguera con algunos ladrillos refractarios en los bordes.

Es posible reconstruir y recrear procedimientos históricos de alfarería con muy poco material y a un precio ridículo, aparte de crisoles, podreis ver las piezas hechas por mi mujer y mi cuñada en esta foto junto con los crisoles ¡como podeis apreciar una cantidad de utensilios nada despreciable!


Y como bonus track, algo hecho específicamente para la recreación histórica (usable para casi cualquier época empezando por los ejemplares romanos ya identificados): Unos estupendos dados de los de toda la vida.


En la próxima entrada (spoiler alert) empezaremos a utilizar elementos tan esotéricos como el borax ¡hasta más ver!

PD: No añado bibliografía, es la misma que en la anterior entrada ;-)

lunes, 15 de agosto de 2011

Fundición, capitulo primero

De como hacer unos crisoles que aguanten buenas temperaturas sin dejarte un dineral en material refractario, o también, como hacerse con unos crisoles a la antigua.

1- Materiales

Es de menester, para hacer un crisol adecuado, usar arcilla de buena calidad, libre de limos y turbas, que harian gas al cocer el material y lo reventarian o dañarian de forma poco aceptable para algo que debe soportar temperaturas superiores a los mil grados con cierta asiduidad.

Es por esto que acabo de exponer que renegando de toda autenticidad con la conciencia tranquila, simplemente fui a comprar arcilla (ojo 1,60€ medio kg pero 3,25€ 12,5 kg, jugzguen ustedes lo que sale más a cuenta). Pero ay de mí, un material tan plástico como es la arcilla tiene su propio problema de tensiones al ser sometido a calor ya que a mas plastico un material mayores dificultades. Entonces ¿como lo harían cuando no existia el moderno refractario? La respuesta es con desgrasante.

Desgrasante, parece palabra esoterica o como poco propia de la quimica, pero no es otra cosa que un añadido a la arcilla, un añadido que carece de toda plasticidad y por tanto soporta las tensiones por la pasta de material. El desgrasante puede ser cualquier cosa relativamente inerte: hueso calcinado y molido, conchas de molusco machacadas, arenas de silice... y cuanto mayor el grano y la cantidad, mayor resistencia de la arcilla que lo incorpora una vez cocida. En mi caso, tiré por la calle de en medio y recogí arena de playa en la costa brava, una arena de sílice de grano grueso ideal para mi cometido

Arcilla.

(De argilla).

1. f. Tierra finamente dividida, constituida por agregados de silicatos de aluminio hidratados, que procede de la descomposición de minerales de aluminio, blanca cuando es pura y con coloraciones diversas según las impurezas que contiene.

~ de alfarero.

1. f. arcilla que, empapada en agua, da color característico, se hace muy plástica, y por calcinación pierde esta propiedad, se contrae y queda permanentemente endurecida.


Desgrasante.

1. adj. Dicho de un aditivo: Que hace más maleable la arcilla. U. t. c. s.


Definiciones según el diccionario de la R.A.E.

2- Mezclando



Teniendo ambos materiales a mano, era imperativo realizar una buena mezcla ¿que cuanto es una buena mezcla? Buena pregunta pardiez. Según la bibliografía consultada, el contenido de desgrasante nunca debe ser superior al 25% del total de volumen, desconociendo el motivo, hice acto de fé y procedí a mezclar tranquilamente, hasta que así a ojo la cosa parecia satisfactoria.


Puestos a pecar, y teniendo la cantidad de material que tengo, hice varias pruebas de proporción, y casí cada pieza obtenida de este modo tiene una cantidad diferente de arcilla y arena. Lo que si és necesario, es que la mezcla sea lo mas homogenea posible, y la mayor parte del tiempo dedicado a la tarea tiene que ver con amasar para incorporar bien la arena en la pasta (se hacen buenos brazos y va bien para desarrollar fuerza en los dedos, os lo digo yo).


El resultado es este que podeis ver, un barro que a priori puede parecer seco, y que tiene mayor dificultad de modelado que la arcilla simplemente sacada de su envoltorio, pero que es el precio a pagar para tener el material con las características deseadas.

3-Modelando



Tenemos la materia prima a punto y llega la hora de disfrutar. En mi caso para esto en concreto he hecho piezas no demasiado grandes, con un fondo y paredes bien gruesos para evitar problemas y que bien pueden usarse en un horno de carbón alimentado a fuelle como en utilizar un soplete directo al contenido para fundirlo.

He aquí pués, los cuencos que una vez cocidos van a convertirse en mi juego de crisoles particular, pero eso, lo dejo para próximas entradas.


Bibliografía

DIEZ, J; NASTRI, J. "Como sobrevivir con dos piedras y un cerebro", Burgos 2011, Ed. Diario de los yacimientos de la sierra de Atapuerca.

LEROI-GOURHAN, A. "La prehistoria en el mundo", Tres Cantos 2000, Ed. Akal.

AMBLÀS, O; MOLERA, J; OLLICH, I. "Estudio arqueometalúrgico: La herreria medieval de l'Esquerda, siglos XII-XIII d.C. (Roda de Ter, Catalunya). http://humanidades.cchs.csic.es/ih/congreso_iberico/42.PDF (última consulta 15/08/2011)

sábado, 28 de mayo de 2011

Peón de la Corona de Aragón, un ejercicio teórico con finalidades prácticas.

Es cosa bastante cierta de este mundo de la recreación, que quien más quien menos empieza con la siguiente frase: “esto mola”. A esta desafortunada frase sigue la compra de algún tipo de material que a medida que te metes más y más en el tema recreacionista (ojo, y no únicamente medieval, que pasa en todas las categorías y épocas), te das cuenta que:

A) No es propio de la época que quieres recrear y por tanto FAIL

B) Es malo de narices, incomodo y un “pongo” espectacular

C) Te condiciona la adquisición de otro material para tener coherencia.

Lo normal es que se dé una sola de las anteriores, pero no es raro que se den las dos últimas, y si, aunque es de traca y cohetes también se da el caso de un objeto maldito que contiene las tres pero no te das cuenta hasta que es demasiado tarde (aquí debo decir que por fortuna no es algo que me haya pasado en carne propia, pero cruzo los dedos)

Por tanto, y a riesgo de parecer serio (es un precio que estoy dispuesto a pagar), me propongo hacer una serie de ejercicios de reconstrucción de vestuario medieval de tipo militar con uso de bibliografía y otras documentaciones variadas.

Y para empezar, en el capitulo de hoy:

Un peón de la corona de Aragón

Los caballeros son la imagen que tenemos todos en mente cuando alguien menciona “medieval” (por bien que a otros les venga Manowar a la cabeza…). Pero en pleno siglo XIII, estos señores a caballo son una minoría. Con ellos, pajes, escuderos, sirvientes, peones, hombres de armas y mercenarios, les servían en batalla siendo mucho más numerosos que los primeros. Por tanto, y como primer ejercicio de coherencia, escogeremos a un combatiente a pie (a menos que tengamos caballo, que algunos sí) para iniciar nuestra fiel reconstrucción de época.

Paso primero: Vestuario

El vestuario inicial de un hombre de guerra es por lo general básicamente idéntico a un civil:

Para empezar, el calzón, pieza de tela que al principio puede parecer desmedida y elemento básico de la ropa interior.

Seguidamente, las calzas, unas medias de tela, o unos calcetines king size, según se mire, que van atadas al calzón en la cintura.

Encima de esto, cubriendo el torso, la camisa. Está prenda no tiene nada que ver con las camisas actuales, y su nombre puede llevar a engaño. Imaginémosla en el s. XIII como una túnica corta (aproximadamente por las rodillas), con mangas largas sin decoración alguna. Esto es porque es la ropa interior, la que está en contacto con el cuerpo y la que no se muestra. No es raro que muestre remiendos de un uso extensivo, pues debemos tener en cuenta que más allá de un par de camisas en toda la vida solo las tenían la gente con recursos económicos abundantes.

Para rematar la parte textil, la gonela (gonella en Cataluña), es finalmente la túnica, sensiblemente más larga que la camisa, que cubre el conjunto. Es posible que tenga un teñido de color, bordados y otras decoraciones

Para los pies, hay varias opciones, a saber:

Una suela de cuero cosida a las calzas, barato y fácilmente intercambiable en caso de desgaste.

Unos zapatos de cuero, no tan barato pero bastante más cómodo y que deja el pie más protegido.

Avarcas o alpargates, en cuero o esparto y con correas, calzado econòmico y fácilmente reemplazable.

Paso segundo: El arnés

No entendamos por favor arnés como correas (que ya me han hecho el chiste más de una vez), el arnés de un combatiente es por definición “su conjunto de armas ofensivas y defensivas”.

Vayamos por partes, pues esta es un apartado equipamiento opcional.

El perpunte, es una pieza que genera cierta controversia sobre sus materiales y construcción, hay fuentes que la citan como un gambax, es decir, tela rellena y pespunteada lisa y llanamente, otras fuentes hablan de una túnica de cuero sin mangas y larga hasta las rodillas que puede o no ir con acolchado y pespunteado para sujetarlo todo, y finalmente un mixto que combina la pieza de tela acolchada con refuerzos en cuero. Personalmente, me inclino por una validez de todas ellas, según contexto y capacidad económica de su dueño. Lo peculiar de esta pieza es que en la zona geográfica tratada se viste por encima del ausberg (ver a continuación).

Ausberg o ausberc (loriga en castellano, hauberk en inglés), básicamente una camisa de malla o cota, de longitud variable (de medio muslo hasta un poco más abajo de las rodillas) y que podía incorporar manga larga con manoplas, manga larga a secas, manga corta, y “capmall” o almofar. Lo más normal para un peón sería un “ausberg” corto (acaba a la altura del cuello, cubre la mitad del muslo y tiene mangas hasta el codo), pero también podría ser de manga larga, o para alguien que pudiera pagárselo, integral con todas las opciones (y eso que no estamos vendiendo coches).

Cofia, una cofia de tela acolchada para vestir debajo del capmall o de la cervellera, la iconografía la muestra como una pieza muy ajustada que en ocasiones era vestida ella sola sin más protección para la cabeza.

Cervellera o cabasset (capacete en castellano), consistente en un casco de una pieza semiesférico. Cubría bien la cabeza mientras facilitaba la respiración y dejaba libre el campo de visión de su usuario. Opcionalmente se podía usar su versión mejorada, “el capell de ferro”, que no es más que un capacete con visera como un sombrero, que aumentaba la protección de los golpes venidos desde arriba (algo más usual de lo deseado para los que luchaban a pie). Es interesante destacar, que ninguno de estos dos tipos de casco tenia nasal.

Lanza, un asta de madera de entre 1,60 y 2 metros con una punta metálica, pensada para empuñarla y mantener distancias más que para lanzarla.

Espada, normalmente cortas (alrededor de los 70 cm. a 90 cm.), de cruz recta y pomo de moneda, enfundada en una vaina de madera forrada de piel, pendía vertical sobre la pierna izquierda de su portador, bien colgada de un cinto bien suspendida de una correa llevada en bandolera sobre el hombro opuesto.

Escudo, el escudo de esta época es de madera, y un peón normalmente lo llevaría simplemente pintado, aunque, otros con mejor suerte en el campo económico lo recubrirían de cuero o de varias capas de tela. La iconografía representada no solía ir muchos más allá de los colores heráldicos de su señor o alguna imagen simple, lejos de la naciente complejidad de los escudos nobles. El escudo de un peón era corto, curvado, con la base semicircular y la parte de arriba plana y no llegaba al metro de altura.

Para aquellos que esperaban ver mencionado el gambesón, sintiéndolo mucho, en esta parte de mundo se estilaba el perpunte por fuera y no hay mención a acolchado interior salvo la cofia.

Paso tercero: combinando

Peón básico:

Vestuario completo con alpargatas y además, un perpunte, cabeza protegida por una cofia y lanza (o más raramente, espada corta).

Peón intermedio

Vestuario completo, con zapatos de cuero y además, perpunte, ausberc corto (sin capmall), cervellera, escudo de madera corto (80cm de alto) y espada,

Peón rico

Vestuario completo, zapatos de cuero y además, perpunte, ausberc completo con manoplas, manga larga y capmall incorporados, cervellera, escudo de madera corto, espada.

Conclusiones

Teniendo clara la tipología de persona a recrear es más fácil buscar información y poder ir adquiriendo (o fabricándose) poco a poco el material, empezando por la ropa, y acabando por el arnés lo más completo posible.

Bibliografía:

Hernandez, F., Història militar de Catalunya (vol. III), 2003 Barcelona, Ed. Rafael Dalmau.

Riquer, M. Caballeros medievales y sus armas, 1999 Madrid, Ed. UNED

Riquer, M., L'Arnès del cavaller : armes i armadures catalanes medievals, 1968 Barcelona, Ed. Ariel.

lunes, 2 de mayo de 2011

Brazal por encargo: Assassins Creed (un juego al que nunca he jugado)

Hace dias que no me paso por el blog ¿la razón? Muy simple, entre horas de universidad y encargos se me comen el tiempo, y sin tiempo es un poco complicado hacer frikadas de esta magnitud.

Pero hoy puedo colgar aquí uno de los encargos realizados, no es que sea un trabajo de ingenieria pero tiene su complicación.

Pero por pasos, un buen dia el cliente al que llamaremos "Señor X", me pregunto que si le podía hacer el brazal izquierdo del Assassins Creed (el primero, lo de hacer armaduras renacentistas aun me cuesta lo suyo y parte del otro). Accedi a cambio de hacer un brazal en cuero y metal sin el famoso pincho, más que nada por que hacer algo ilegal como una navaja automática y luego colgarlo en mi blog hubiera sido una estupidez considerable.

Como soy un prisas, no hay ni una triste foto del proceso, tan solo del final, así que no me queda otra que explicar las cosas sin documentación gráfica.

-Desastre...

Hacía tiempo que no se me colaba nadie que hablara en colores... en fin, vosotros ni caso.

-Y además de desastre maleducado.

(Tu a callar). Bueno, lo primero de todo fue tomar medidas del brazo donde iba a situarse el brazal. Estas medidas me servirian para cortar cuero y proporcionar chapa.

Armado con las medidas, y con documentación gráfica abundante sobre el aspecto del dicho brazal (en varias piezas, con cuatro correas sobre base de cuero). Hice unas plantillas muy hermosas con cada una de las piezas. Las tres primeras piezas únicas y las dos últimas iguales entre si, y armado con mi tijera de chapa lo recorte y lo pulí todo lo mejor posible.

Despues de esto, preparé una plantilla de cuero con las medidas del brazo quitando un centimetro por cada lado (donde quedan alojadas las hebillas) y preparé cuatro correas.
Luego descarte dos de las correas... porqué corté cuatro correas iguales, y obviamente el brazal se ensancha, con lo cual al menos dos de ellas resultaban cortas.

-¿Nadie te ha dicho aquello de medir dos veces y cortar una?

Ñeñeñeñeñe... Con las correas a su justa medida, marqué en la base del brazal donde debían ubicarse, les monté una hebilla cuadrada de 20 mm y encolé el asunto sobre las marcas. Luego, una vez seca la cola, y para mayor seguridad, perforé y remache el conjunto cerca del borde.

El brazal tenia la base y los agarres terminados, pero le faltaba la parte más importante, el metal montado a modo de escamas superpuestas que lo hacen reconocible más allá de un brazal genérico de cuero.

Para tal efecto, perforé las piezas una a una, y las fuí montando pués los remaches entre dos piezas unian las dichas piezas y el cuero debajo de ellas de forma simultánea. El resultado final, es el que podeis ver en las fotos siguientes, exterior e interior.




-¿y ya está?¿No piensas decir nada más? Que sepas que te ha quedado una entrada algo sosa.

¿Y tu no estarias mejor comentando las obras de la calle desde las vallas?